lunes, 25 de mayo de 2009

VIDA RETIRADA de Fray Luis de León

Entry for May 02, 2009

Vida retirada Fray Luis de León


¡Qué descansada vida


la del que huye el mundanal ruido


y sigue la escondida


senda por donde han ido


los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho


de los soberbios grandes el estado


ni del dorado techo


se admira fabricado


del sabio Moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama


canta con voz su nombre pregonera


ni cura si encarama


la lengua lisonjera


lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presa a mi contento


si soy del vano dedo señalado?


¿Si en busca de este viento


ando desalentado


con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh rio,


o secreto seguro y deleitoso!


Roto casi el navío


a vuestro almo reposo


huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,


un día puro, alegre, libre quiero;


no quiero ver el ceño


vanamente severo


de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiérteme las aves


con su cantar sabroso no aprendido;


no a los cuidados graves


de que es siempre seguido


el que al ajeno arbitrio está atentido.
Vivir quiero conmigo


gozar quiero del bien que debo al Cielo.


a solas, sin testigo,libre de amor,


de celo,de odio, de esperanzas , de recelo.
Del monte en la ladera,


por mi mano plantado, tengo un huerto,


que con la primaverade bella flor cubierto


ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa


por ver y acrecentar su hermosura


desde la cumbre airosauna fontana pura


hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada,


el, paso entre los árboles torciendo,


el suelo de pasadade verdura vistiendo


y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea


y ofrece mil olores al sentido;


los árboles meneacon un manso ruido


que del oro y del cero pone olvido.
Téngame su tesoro


los que de un falso leño se confían;


no es mío ver el lloro


de los que desconfían


cuando el cierzo y el álbrego porfían.
La combatida antena


cruje, y en ciega noche el claro díase torna ,


al cielo suena


confusa vocería


y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla


mesa de amable paz bien abastadame basta,


y la vajillade fino oro labrada,


sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-mente


se están los otros abrasando


con sed insaciable


del peligroso mando,


tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,


de hiedra y lauro eterno coronado,


puesto el atento oído


al son dulce acordado


del plectro sabiamente meneado.


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