Vida retirada Fray Luis de León
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado
ni del dorado techo
se admira fabricado
del sabio Moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presa a mi contento
¿Qué presa a mi contento
si soy del vano dedo señalado?
¿Si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh rio,
¡Oh monte, oh fuente, oh rio,
o secreto seguro y deleitoso!
Roto casi el navío
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiérteme las aves
Despiérteme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no a los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atentido.
Vivir quiero conmigo
Vivir quiero conmigo
gozar quiero del bien que debo al Cielo.
a solas, sin testigo,libre de amor,
por mi mano plantado, tengo un huerto,
que con la primaverade bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura
desde la cumbre airosauna fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada,
Y luego sosegada,
el, paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasadade verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea
El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles meneacon un manso ruido
que del oro y del cero pone olvido.
Téngame su tesoro
Téngame su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el álbrego porfían.
La combatida antena
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro díase torna ,
al cielo suena
confusa vocería
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastadame basta,
y la vajillade fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-mente
Y mientras miserable-mente
se están los otros abrasando
con sed insaciable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce acordado
del plectro sabiamente meneado.
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